El carácter nos define
como persona
La palabra carácter viene del vocablo
griego “charáttein”, que en sus orígenes se refería a las impresiones
estampadas sobre una moneda o un sello. En las monedas, las marcas determinaban
su valor, y en los sellos, los signos los hacían reconocibles y comprensibles a la
vez. Ambos le dan identidad al pueblo que los utiliza, aún en nuestros tiempos.
Cuando este término es aplicado a los
seres humanos, posee un significado muy parecido a estos conceptos, porque se
refiere a aquellas marcas o signos que hacen posible reconocer al individuo a
través de sus actitudes conductuales. LAS MARCAS implican la adherencia
a los principios morales que revela consistentemente en su manera de conducirse socialmente, y LOS SIGNOS son el valor moral que posee como ser
humano, que lo hace reconocible y comprensible a la vez.
El carácter es determinado por la
influencia de la herencia y el medio ambiente. Son conductas y actitudes
adquiridas por el individuo durante la interacción con su entorno desde sus
primeros años de vida hasta la adolescencia, y un poco más allá. Lo que significa que el carácter es
una construcción social, y como construcción puede desbaratarse para hacerlo de
nuevo. En otras palabras, los malos hábitos, los deseos desenfrenados y las
actitudes dañinas estampadas en el individuo pueden desaprenderse para volver a aprender y convertirse en
una persona de bien para si misma y para los sujetos de su entorno social, así
como, con el medio ambiente en sentido general.
La voluntad juega un papel muy
importante para que este proceso de reconstrucción se dé, ya que ella determina el nivel en que
las corrientes del pensamiento y el brote de emociones son iniciados y
controlados.
Si la balanza del carácter del individuo
se inclina hacia las pasiones desordenadas y al cultivo de malos hábitos, ese
individuo se convierte en un ser depravado y vicioso. Pero si, al contrario, sabe
controlar sus apetitos y deseos corrompidos, y aprende a formar buenos hábitos,
va modelando para sí mismo un carácter recto, fuerte y virtuoso; ya que la
finalidad principal de la formación de esta cualidad de la personalidad es desarrollar el espíritu de
las personas.
¿Cómo se desarrolla el carácter en las personas?
El desarrollo del carácter de las personas está sometido a un proceso y va tomando consistencia a medida que el individuo:
a) Va recopilando y organizando el conocimiento.
b) Aprende a controlar su atención y sus impulsos.
c) Va cultivando su memoria.
d) Va desarrollando su imaginación.
e) Sabe guiar sus intereses y deseos.
f) Pone frenos a sus emociones dañinas.
g) Sabe usar sus juicios y el sentido común.
h) Razona sus decisiones antes de seleccionarlas.
a) Va recopilando y organizando el conocimiento.
b) Aprende a controlar su atención y sus impulsos.
c) Va cultivando su memoria.
d) Va desarrollando su imaginación.
e) Sabe guiar sus intereses y deseos.
f) Pone frenos a sus emociones dañinas.
g) Sabe usar sus juicios y el sentido común.
h) Razona sus decisiones antes de seleccionarlas.
La formación del carácter es el tema más
importante de la vida. No es solamente el fundamento en el que descansa la dignidad
individual de las personas, también depende de él el bienestar social colectivo,
la fuerza de la civilización y el desarrollo de los pueblos.
Reconocer los puntos débiles de nuestro carácter
nos puede ayudar a ir modelando nuestra forma de actuar y de pensar en pro de ser
un ente de actitud positiva, inclinado siempre hacia las buenas obras, capaz de tener control de sí
mismo, y de ser tolerante y respetuoso de las ideas y el derecho de los demás.
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