Introducción
La
primera visita del apóstol Pablo a la ciudad de Éfeso, ubicada en Asia Menor,
en su segundo viaje misionero, fue de tres meses (Hechos 18:19-21). Durante ese
tiempo dejó establecida la iglesia. Ya en su segunda visita, en su tercer
viaje, permaneció tres años. La obra que inició en este lugar fue continuada
por Apolos, Priscila y Aquila (Hechos 18:24-26).
Durante
los tres años que duró en Éfeso extendió el evangelio por toda Asia Menor. La
Palabra de Dios creció poderosamente y prevaleció en todas las ciudades de la
región, a pesar de la oposición y persecución de los judaizantes. (judíos cristianizados que enseñaban que la salvación dependía del cumplimiento de la Ley Mosaica, por lo que todo gentil que se convirtiera debía circuncidarse y someterse a sus preceptos).
El
libro de Efesios, más que una carta, es un tratado epistolar, quizás dirigida a
los cristianos de todas las iglesias de Asia Menor especialmente a los gentiles
(Efesios 2:11,19).
Su
principal objetivo tiene dos vertientes: una, asentar las bases de la
doctrina de la fe y su puesta en práctica en la región, y la otra, definir la
causa, misión y fin de la verdadera iglesia de Cristo.
Se
cree que fue escrita en la misma fecha que Colosenses y Filemón en el año 62
d.C. aproximadamente. Las tres cartas fueron enviadas con los mismos
mensajeros (Efesios 6:21-22; Colosenses 4:7-9; Filemón 12,23,24). Son llamadas
“Cartas del Cautiverio” por haber sido escritas en el primer encarcelamiento de
Pablo en Roma.
A
diferencia de las demás cartas paulinas, Efesios no contiene exhortaciones de
carácter personal y no fue escrita para corregir problemas doctrinales en la
congregación. Se cree que es una carta
circular dirigida a varias iglesias cuyo punto de partida era Efeso.
Esta
epístola, junto con Colosenses, resalta la verdad de que la Iglesia es el
cuerpo del que Cristo es la cabeza. A pesar de que esta verdad, Pablo, ya se la
había mencionado antes a los romanos y a los corintios, pero no con la
profundidad con que se la resalta a los efesios.
Efesios
y Colosense son los libros que contienen la palabra revelada más elevada, pues
presentan al cristiano sentado con Cristo en los lugares celestiales, y a la
vez, lo exhortan a vivir según este elevado y supremo llamamiento.
Esta
carta, Efesios, junto a Romanos y Hebreos, es una de las torres doctrinales de
mayor relevancia del Nuevo Testamento, pues, contiene la doctrina más
importante sobre la fe cristiana.
Epístola a los Colosenses
Colosa
era una ciudad de Asia Menor, específicamente de Frigia, situada en un cerro,
cerca de la confluencia de los ríos Lico y Meandro, a 16 km de Laodicea y 21
kms de Heliópolis (Colosenses 2:1; 4:13,15), y a unos 200 metros del este de
Éfeso. Por lo que un viajero podía visitar las tres ciudades en un dia.
Colosa,
Laodicea y Heliópolis formaban una federación. Los colosenses vivían de la
fabricación de vinos y tenían una industria de lana, donde se hacían tejidos de
color purpura llamado colosenses. Entre las tres era la de menor importancia. Y
en los tiempos de Pablo era solo una villa de casas campestres.
La
iglesia de los colosenses se cree que fue fundada por Efrapas, un natural de
esa ciudad, discípulo de Pablo (Colosenses 1:17), ya que al parecer el apóstol
nunca pudo estar en Colosa (Colosenses 2:1); y le escribe, primero, como
apóstol de Cristo a los gentiles, y segundo, para apoyar las enseñanzas de
Epafras, quien le había comunicado sobre algunas situaciones doctrinales que se
estaban dando en la iglesia.
Pues, se habían infiltrados falsos maestros y
estaban enseñando filosofías humanas que alegaban que Cristo era inferior a
todos los seres que rigen el universo, los llamados “elementos del mundo”, poniendo
en tela de juicio la Deidad de Jesucristo.
A la vez, querían imponer la doctrina de la
circuncisión y sembraban la duda en los creyentes sobre el apostolado de Pablo.
Se cree que fue escrita en los años 61 o 63 d.C. durante el encarcelamiento de
Pablo en Roma.
El
tema central de esta carta es “el lugar de Jesucristo entre los poderes del
universo en la naturaleza y en la historia” (Colosenses 1:15-17). Destaca
con claridad la supremacía absoluta de Cristo sobre todas las cosas y sobre los
ángeles. Nadie puede ser comparado con Él, ya que todos los poderes están
sometidos a él bajo sus pies.
Colosenses
contiene un extracto de los temas doctrinales y las exhortaciones que Pablo escribió
a los efesios.
Conclusión
Tanto
en la carta a los Efesios como en la de los Colosenses, el apóstol Pablo motiva
a los cristianos a vivir una vida a la altura del llamamiento de Cristo. Que
cada una de las actitudes de su vida cotidiana motive la alabanza al Señor, ya
que todo lo que haga debe hacerlo para agradar a Dios.
Debe, además, procurar llevar frutos en toda
buena obra, crecer cada dia en el conocimiento del Hijo de Dios y fortalecerse
en su poder; y a la vez, darle gracias por todo con gozo y alegría del corazón.
El
deseo del apóstol era que todos los cristianos anduvieran como es digno del
Señor Jesucristo. En cada epístola muestra como ora por cada iglesia, a fin de
que cada miembro junto a sus líderes tenga un buen comportamiento y un estilo
de vida que esté a la altura de la confesión de su fe.
Como
la Palabra de Dios es viva y eficaz, estas exhortaciones de Pablo son también
para todos los creyentes y discipulos de Cristo de este tiempo. Por lo que
debemos someternos a todo lo que él dice, si queremos tener una vida plena en Cristo.
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