martes, 23 de octubre de 2018

CONOCIENDO Y APRENDIENDO DE LA IGLESIA DE CORINTO A TRAVÉS DE LAS CARTAS DEL APÓSTOL PABLO

1 y 2 Corintios


Introducción

Corinto era una antigua ciudad griega ubicada a 8 kms. del istmo y canal Corinthe, en el estrecho que une la parte continental de Grecia con la península de Peloponeso. Su fundación se remonta a unos mil años antes de Cristo. En el siglo I d.C. se encontraba habitada en su mayoría por excombatientes romanos y por esclavos libertados llegados de Italia.

Por su puerto marítimo, posición geográfica y política, era una ciudad muy activa económica, cultural y religiosamente, muy materialista y amante de la sabiduría filosófica. Tuvo dos épocas de prosperidad: una bajo el dominio de los tiranos en el siglo VI a.C., y otro después en la era helenística. En el año 146 a.C. fue destruida por los romanos y reconstruida en el 46 a.C. (antes de Cristo los años no se contaban de forma ascendente sino descendente) por Julio Cesar.

La iglesia de los corintios fue la congregación que el apóstol Pablo tuvo más presente, debido a que era la más problemática entre las que había fundado.  Además de permanecer con ellos durante un año y medio, después de haberla fundado, se mantenía dándole seguimiento, ya sea a través de vistas personales o por los mensajeros que les enviaba, o por cartas. Se cree que estuvo en Corinto por más de tres ocasiones y que le escribió cuatro cartas, de estas sólo se conservan dos. La que tenemos por primera, se cree que es la segunda, mientras que la que tenemos como segunda, es la cuarta.

Después de Pablo, a la iglesia llegaron otros maestros, entre los cuales se encontraba a Apolo. La actividad de algunos de estos hizo que surgieran opiniones encontradas sobre temas doctrinales que llevó a la congregación a dividirse en varios grupos. Y esto, junto a algunos que se creían demasiado sabios, y una congregación con raíces y contactos inevitables con una sociedad pagana, de costumbres amorales liberales, dio lugar a una serie de conflictos y situaciones de abusos en medio de la iglesia, lo que motivó a Pablo a escribirle.   



¿Qué motivó a Pablo a escribir la epístola que hoy conocemos como 2 Corintios?
2 corintios 2:1-13; 12:14; 13:1; 7:6-12
Después de que Pablo escribiera su primera carta a los corintios (hoy perdida), y mientras se encontraba en Éfeso, recibió la mala noticia de parte de Timoteo (1 Corintios 16:10) de que las cosas en la iglesia de Corinto no iban muy bien, pues, había personas en la congregación que estaban difamado de él y poniendo en tela de juicio su ministerio, provocando que algunos se pusieran en su contra. La situación se agravó tanto, que Pablo decide hacerle una visita personal de sorpresa. Esta es la visita penosa a la que él se refirió en 2 Corintios 12:14; 13;1, porque  al parecer no le fue muy bien durante su estadía. 
Entonces, después de esta visita, vuelve a Éfeso y le escribe otra carta (la tercera, también perdida) muy severa, la cual fue enviada con Tito. Ésta fue tan dura, que luego se arrepintió de haberla escrito (2 Corintios 7:8) y estuvo muy inquieto por varios días, deseoso de que Tito regresara para ver como lo habían tratado.  
Después de escribir esta carta se dirigió a Troa para esperar a Tito, ya que seguía angustiado y ansioso por recibir noticias. Allí no lo encontró, y se fue a Macedonia, donde si lo vio, y éste le informó sobre los efectos saludables de arrepentimiento que el contenido de la carta provocó en los hermanos. 
Pablo decide escribirle una cuarta carta, la que hoy tenemos como la segunda, para expresarle a la congregación el porqué y el cómo se había sentido al enviarle una carta tan fuerte (la tercera), y cómo se sentía al saber que le había servido para bien y para reconciliarse con el Señor Jesucristo y comprender su ministerio.  A la vez, les agradece el buen trato que le habían dado a Tito,  y les menciona lo saludable que era la reconciliación. También hace énfasis sobre la actitud que debe tener el cristiano como templo del Espíritu Santo y cómo deben recolectar las ofrendas para la iglesia de Jerusalén (la iglesia madre). 
Conclusión
Sintetizadas y analizadas estas dos epístolas de Pablo dirigidas a la iglesia de Corinto, podemos concluir diciendo, la importancia de tomar un tiempo apropiado para estudiarlas a profundidad, ya que estas dos cartas contienen el perfil del auténtico cristiano y cristiana de todos los tiempos, así como, la identidad de todo el que sirve en una congragación cristiana y el caracter del verdadero predicador del evangelio.
Además, nos sirven como ejemplo para saber que un mal comportamiento puede ocasionar consecuencias drásticas tanto en la vida personal del creyente como en la congregación misma. El pecado de uno puede afectar a todos los miembros de la iglesia. Por lo que no debemos ser permisivos del pecado ajeno ni pasarlo por alto. Debemos prestarle atención para corregirlo antes de que corrompa a todos los miembros.  
También, en estas cartas podemos observar un fuerte contenido doctrinal, acompañado de sabias exhortaciones de gran autoridad, especialmente en la primera epístola, cuyo objetivo es edificar y preparar al creyente para toda buena obra.
 Además, resalta problemas eclesiales que se ajustan a las iglesias de todos los tiempos, ya que son vivencias cotidianas y normales de las congregaciones cristianas  de todas las épocas, como los son: las normas disciplinarias, el orden en los cultos, el uso de los dones espirituales, la problemática familiar, y los grupos partidistas dentro de las iglesias, lo cual genera celos, disgustos y contiendas en medio de ellos.
Aprendamos a ser creyentes sabios, viviendo y creciendo cada día en la verdad de Cristo. No seamos sabios en nuestra propia opinión. Evitemos las divisiones en nuestras iglesias, pues esto para nada aprovecha.

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