Introducción
La mayoría de las epístolas del
Nuevo Testamento enfocan situaciones que necesitaban una inmediata atención
doctrinal o pastoral. Algunas fueron escritas como respuesta a información
traída por mensajeros o en respuesta a otra carta. Sus enseñanzas se aplican a
los creyentes como individuos y a la iglesia como un todo.
La Epístola a los Romanos es uno
de los libros más importante de la Biblia porque explica ampliamente el plan de
salvación de Dios para judíos y gentiles (1:16, 17). En ella encontramos de
manera sistemática las grandes doctrinas del cristianismo.
El apóstol Pablo por mucho tiempo
había tenido el deseo y la carga de visitar a Roma como apóstol de Cristo hacia
los gentiles, y aprovecha el viaje de la hermana Febe a Roma, para enviarle una
carta a los cristianos de allí, donde les dice que tiene en agenda una visita
para estar con ellos, después de que fuera a Jerusalén a ministrarles a los
santos (Hechos19:21; Romanos 15:24, 28). Ya que, al completar su misión por
Macedonia y Acaya, tenía el propósito de extender sus labores evangelísticas a
España y de paso visitar a Roma (Hechos 19:21; Romanos 15:24, 28). Sin embargo, sólo tres años más
tarde, pudo llegar a la capital, no como misionero de paso hacia España, de
acuerdo con sus planes, sino como preso que había apelado a Nerón
(Hechos28:16).
Se cree que esta epístola no es la primera de Pablo, que fue escrita
después de la de los Gálatas en Corinto durante su breve estadía, en su
3er viaje misionero, entre los años 57/58 d.C., como sugieren los saludos (Ro. 16:23; cf 1 Co.
1:14; 2 Ti. 4:20) y Romanos 16:1, donde felicita a Febe por su servicio especial a la iglesia de Cencrea, el
puerto oriental de Corinto, donde ella servía como diaconisa.
Es un libro que muchos estudiosos
de la Biblia lo consideran como el más sobresaliente entre todos los libros del
Nuevo Testamento, tanto por su contenido como por su profundidad
teológica. Y debido a esto, es la que
más ha influido en la historia de la iglesia, pues grandes movimientos de
avivamientos, como el de los tiempos de Wesley en Inglaterra y otros, iniciaron
con el estudio de esta epístola.
Carballosa, Evis L. (1994) señala
en la parte introductoria de su libro “Romanos” que el estudio minucioso de
esta epístola se hace muy necesaria hoy en las iglesias cristianas, ya que
existe mucha confusión doctrinal tanto dentro como fuera de la iglesia local.
Pues, muchas de las doctrinas bíblicas están siendo mal enseñadas. Y el/la
cristiano/a serio/a, sincero/a, que desea servir a Dios con integridad y
enseñar a otros debe dedicarse a estudiarla con detenimiento; Ppes, esta epístola
tiene mucho que decirnos sobre LA FE Y SU PRÁCTICA.
La epístola a los Gálatas fue
escrita por Pablo para reafirmar enfática y enérgicamente que la salvación es
únicamente por la fe en Jesucristo y no por obedecer las leyes ceremoniales
judías, como equivocadamente estaban enseñando los judaizantes (judíos
cristianos conservadores); y que el Evangelio era uno solo, y fuera de él no
hay otro; el cual es tal como él se los había enseñado, porque no lo había
recibido de hombre alguno, sino del mismo Señor Jesucristo de forma directa.
Algunos exegetas creen que esta
carta fue escrita entre los años 50 a 56 d. C. aproximadamente, luego
de dos visitas de Pablo a la provincia de Galacia. Se cree que pudo ser escrita en Corinto, durante la estadía de casi dos años del apóstol en esa
ciudad, entre el año 50 o 52 d.C., aunque otros la ubican en una fecha más tardía,
alrededor del 56 d.C.
Esta carta es una clara enseñanza
contra los judaizantes, los cuales formaban una fuerte secta en el cristianismo
primitivo, que decían que la salvación se alcanzaba a través de la circuncisión
y el sometimiento a la ley de Moises, y a la vez alegaban que el apostolado de Pablo
era ilegal, porque no pertenecía al grupo de los doce discípulos. Estos usaban la zona de
Asia Menor (hoy Turquía), como su lugar predilecto para divulgar sus falsas
enseñanzas.
Todo parece indicar que estas enseñanzas
habían logrado sus objetivos en los miembros de las iglesias de esta zona, ya
que muchos de ellos estaban pensando judaizarse, según lo manifiesta Pablo en
su carta.
Conclusión
Al final del siglo I, las
iglesias cristianas aceptaron como reglas de fe las doctrinas expuestas por el
apóstol Pablo en la epístola a los Romanos, sin embargo, surgieron herejías y
comenzaron a formarse grupos sectarios dentro de ellas que desviaron a los
creyentes de la verdad que habían conocido y aprendido de las enseñanzas de
Pedro y Pablo, y de otros líderes.
Los apóstoles sobrevivientes trataban de
contrarrestar estas falsas enseñanzas hasta que murió el último, Juan. Luego,
estos grupos se fueron desarrollando y creciendo hasta sembrar algunas de sus falsas
semillas en los cristianos.
Un ejemplo de esto es que el
bautismo por inmersión (sumergirse en el agua) y de arrepentimiento era en
todas partes el rito de iniciación en la iglesia de todo creyente. No obstante, en el año 120
d.C. se hizo costumbre por aspersión, que consistía rociar gotas de agua sobre
el nuevo creyente, acción que fue sustituyendo la inmersión en las aguas.
Llevándole la contraria a las instrucciones del Señor Jesús sobre una ordenanza dada por él mismo.
La epístola a los Romanos es
considera la Constitución del cristianismo y Gálatas la Carta Magna, pues en
ellas el apóstol define la condición del ser humano de todos los tiempos ante
Dios, revela su justicia a través de la fe en Jesucristo, la manera para
alcanzarla y la forma de ponerla en práctica, y el código de ética de la vida
del creyente. Y debido a esto, es de
suma importancia que todo movimiento cristiano conozca al dedillo el contenido
de ambas, si es que su objetivo es dominar y poner en práctica todos los
pormenores de la fe cristiana y permanecer firme en la verdad de Cristo.
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