martes, 26 de junio de 2018

El amor no se hace, se recibe de Dios a través de la fe, porque ÉL es amor.

Como todo fruto natural no es sólo cáscara, pulpa y semilla, lo que tenemos ante la vista, es también, lo que no vemos pero que recibimos al ingerirlo: vitaminas, fibras, calorías, agua, entre otros. Así es el fruto del Espíritu Santo, el cual está compuesto por tres grupos de nutrientes que alimentan nuestro espíritu y nos llevan a ser mejor persona en las tres dimensiones que dan forma a nuestro ser.

Estos componentes son:
 a) Amor, gozo y paz, nos permiten mantener una relación intima con Dios, cuando ese amor lo hemos recibido de Cristo; quien por amor se entregó por cada humano para que tuviera gozo y paz, al sentirse perdonado por Él.

b) Paciencia, benignidad y bondad; estos preparan nuestra alma para superar las adversidades interiores y exteriores de la vida.

 c) Fe, mansedumbre y dominio propio; estos últimos optimizan nuestra alma para amar y servir a nuestro prójimo.

El fruto del Espíritu Santo, que es el AMOR, me hace mejor persona





martes, 12 de junio de 2018

EL ESPÍRITU SANTO, FIEL COMPAÑERO DEL DISCÍPULO DE CRISTO









Introducción 

    El Espiritu Santo, llamado en el Antiguo Testamento Espíritu del Señor, Espíritu de Jehová, Espíritu de Dios o simplemente Espíritu, ahora en el Nuevo Testamento es nombrado con mayor frecuencia como ESPÍRITU SANTO, aunque algunos de los escritores, en algunos momentos, lo mencionan de diferente manera, como: el Espíritu de Dios o Espíritu del Señor, Espíritu de verdad, Espíritu Santo de la promesa, el Espíritu Santo enviado del cielo. 
    La manera de manifestarse en el Nuevo Testamento es diferente a la forma en que se manifestó en el Antiguo, pues, en esa época venía sobre el hombre escogido por Dios para realizar alguna misión, lo llenaba de poder y/o sabiduría, o les daba algún mensaje o profecía  para alguien en particular o para el pueblo hebreo en sentido general, sin quedarse permanentemente con ese individuo. Lo visitaba cuando era necesario. También, en algunas ocasiones lo vemos manifestándose como la fuerza y el poder de Dios.
    Ahora, en el Nuevo Testamento, realiza dos funciones primordiales hasta hoy, que no las tenía en el Antiguo Testamento. Primero, viene al nuevo creyente, aquel que ha confesado sus pecados y se ha arrepentido de cada uno, y ha declarado públicamente que Jesucristo es el Hijo de Dios y que es su Señor y salvador,  lo SELLA haciendo legal su adopción como hijo de Dios, convirtiéndolo en un miembro del cuerpo de Cristo y reparándolo, a la vez,  para el día de la redención (Efesios 1:13,14; 4:30).
    Su segunda función consiste en BAUTIZAR a ese creyente con la EVIDENCIA DE HABLAR EN LENGUA (humanas y extraña (1 Cotintios14:13) Hechos 2:1-4). Viene sobre él con fuego (simbólico) para  purificarlo y declararlo justo;  y hace morada permanente dentro de él (Juan 14:17). convirtiéndose en su fiel compañero, consolador y maestro. Ambas funciones envuelven la prioridad del bautizo en agua para el arrepentimiento  y el perdón de los pecados.
     La obra del Espiritu Santo en el Nuevo Testamento es realizada con todos los atributos normales de una persona (habla, elige, envía, alerta, enseña, da su parecer, corrige, se entristece, ama, intercede...). Por lo que, el apóstol Juan lo señala como uno de los tres que dan testimonio en el cielo (1 Juan 5:7).










Conclusión 

Analizado el accionar del Espiritu Santo en toda la Biblia, podemos concluir este tema alegando lo siguiente:
 1. El Espiritu Santo no es solo la fuerza de Dios, ya que una fuerza no tiene atributos de persona. Para que ésta se produzca es necesario que alguien o a una cosa, que tomando un punto de apoyo, la ejecute. Es la única manera de producirse. Y no es sólo poder de Dios, pues este término significa, entre otros,  ser más fuerte que alguien y tener el control, y el Espíritu Santo trata al creyente con delicadeza y como él es (1 Corintios 14:32). Lo ayuda en sus debilidades.
2. Vista y analizada el accionar  del Espiritu Santo desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento y compararlas con las actitudes normales de una persona , se puede observar que cada uno de sus actos, especialmente en el NT,  están conjugadas en la tercera persona del modo indicativo, en el acto comunicativo, con el pronombre él, lo que indica que no podemos decir que el Espíritu Santo es sólo la fuerza o el poder de Dios, sino, una de las personas, de los tres que dan testimonio en el cielo, siendo un solo Dios manifestados en tres personalidades, como lo afirma  el Apóstol Juan en su primera carta dirigida a la Iglesia (1 Juan 5:7), y que los cristianos le han dado el nombre de la “Trinidad de Dios”.
3. El Espíritu Santo es vital en la vida del creyente porque ÉL es quien nos regenera, renueva, santifica, nos ilumina el entendimiento para entender la Palabra de Dios, nos enseña a amar, nos prepara para servir a otros, nos envía, nos corrige, y nos guarda para la redención.



miércoles, 6 de junio de 2018

¿EL ESPÍRITU SANTO ES LA FUERZA ACTIVA DE DIOS O LA TERCERA PERSONA DE SU ESENCIA TRINA? ¿CUÁL ES LA RESPUESTA DEL ANTIGUO TESTAMENTO?


EL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


INTRODUCCIÓN
Guillermina Izquierdo Reinoso


     El Espiritu Santo, llamado Espírito de Dios o Espíritu de Jehová, o simplemente Espíritu, se observa muy activo en todos los libros del Antiguo Testamento, ejecutando diferentes acciones. En algunas como una fuerza o poder y  en la mayoría de los casos con atributos de una persona.
   Se puede ver como el  dador de vida, el que prepara y envía guerreros para la guerra, el que imparte sabiduría, inteligencia, ciencia y toda clase de arte para trabajar en toda clase de obra; habla, abandona a los renegados, es llamado santo, transforma el carácter de algunos individuos, entre otros actos.  Lo que confirma la declaración del evangelista Juan cuando dice “que son tres los que dan testimonio en el Cielo” ( 1 Juan 1:7). 



Conclusión

    Son muchas las referencias bíblicas que nos llevan a interpretar que Jehová Dios es un Dios con tres manifestaciones, cada una con una misión diferente, en una personalidad diferente. Lo que nos lleva a diferir del concepto que tienen  algunas escuelas de interpretación bíblica sobre el Espiritu Santo, pues lo definen como la manifestación activa de la fuerza o el poder de Dios.

    Una fuerza no puede poner palabras en la boca de una persona con un fin determinado. Cuando Dios hablaba directamente con su escogido, fuera con voz audible o a través de visiones, el escritor dice –”y dijo o me habló, o me dijo Dios o Jehová”.

   Por ejemplo, el profeta Samuel, en sus dos libros, distingue cuando era Dios quien hablaba o actuaba y cuando lo hacía  el  Espíritu. En su primer libro ,él cuenta la manera de cómo Jehová lo llamó tres veces y  le dio un mensaje. Más adelante lo vemos narrando cómo el Espíritu venía con poder sobre los profetas y ponía palabras en sus bocas para que profetizaran. Pudo haber dicho que ellos hablaban según Dios les decía que dijeran, como en el caso de Moisés.
  Cuando el poder de Dios venía sobre un sujeto escogido en el Antiguo Testamento, los escritores declaran que ese poder, autoridad o mensaje era dado por el Espíritu de Jehová.  Hablan de Él como alguien distinto a Jehová, pero que guarda una relacion estrecha con Él en su esencia . 
   Esto no quiere decir que sean dos dioses. Es uno sólo. Es como el ser humano que está compuesto por cuerpo, alma y espíritu.  Cada una de su esencia tiene componentes diferentes  con funciones específicas, pero ninguna por si sola puede definir a un individuo porque dejaría de ser una persona.  De la misma manera, la Biblia define a Dios con tres deidades: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo (Mateo 28:19), cada uno con ministerios diferentes relacionados con la salvación y la redención de los seres humanos, especialmente.
  Es por es razón que Moises y Jeremías lo llamaron "ELOHIM" que sígnica "DIOS (de ahí el plural de Dio)  CREADOR, TODOPODEROSO Y FUERTE" (Genesis 17:7; Jeremías 31:33). Este plural define la TRINIDAD DE DIOS.  Dios padre el creador, el Dios Hijo el fuerte y valiente, quien entregó su vida por los pecadores, y el Espiritu Santo el todopoderoso que derrama poder y autoridad en el escogido. 

¡Imposible no verte!