martes, 31 de julio de 2018

DIOS ÚNICO Y PLURAL A LA VEZ


Introducción

Israel era un pueblo que estaba rodeado por naciones politeístas, además, habían vivido más de cuatrocientos años  como esclavos en una nación (Egipto) que adoraba cerca de una docena de dioses. A la vez que, el mundo de la antigüedad adoraba a infinidades de deidades. Es por lo que, en casi todos los libros que componen lo que hoy conocemos como el Antiguo Testamento, sus escritores hacen énfasis en que hay un único Dios. Pero también encontramos algunos textos que insinúan que esa unicidad incluye pluralidad.

El pueblo tenía que entender, comprender y aceptar que no había más que un único Dios, que no había nadie fuera de ÉL; y que todos los demás dioses eran falsos y un engaño, pues no había vida en ellos, sólo existían en las mentes de los idolatras. Es posible que debido a esto no se enfatiza la pluralidad  de Dios en el Antiguo Testamento con la claridad con que aparece en el Nuevo, no sea que fueran a adorar tres dioses. Además, cuando Dios Hijo se encarnara ¿Cómo iban a entender este fenómeno?

Cuando estudiamos la naturaleza de Dios podemos observar la acción individual de las tres personalidades que conforman su esencia en ambos Testamentos. Muchos pasajes bíblicos del Antiguo Testamento, mientras enseñan que hay un único Dios, también insinúan que este Dios único, es, en cierto sentido, Plural. 
“Oye, Israel: Yahweh (Jehová) nuestro Yahweh Elohim (Jehová Dios), Yahweh uno es”.
Deuteronomio 6:4 






Conclusión
Por todos los textos bíblicos resaltados en las diapositivas anteriores, que insinúan e infieren la Trinidad de Dios, los cristianos y cristianas reciben esta doctrina como fiel y verdadera, aunque es un misterio de difícil comprensión. Reconocen que sólo hay un único Dios con una naturaleza definida en tres personalidades consustancial la una con la otra.  Cada una con una misión diferente en el Plan de Salvación y Redención ofrecido a la humanidad por YAHWEH o YAHVEH (Jehová Elohim).
Pero este misterio podemos entenderlo mejor si sabemos que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, y que éste es una criatura tripartita; pues su conformación esencial está formada también por una trinidad: cuerpo, alma y espíritu, consustancial la una con la otra, porque a falta de alguna de las tres, el cuerpo no tendría vida.
Cada parte tiene funciones diferentes, aunque no pueden accionar separadas, a diferencia de la trinidad de Dios, ya que se le observan accionando en las Escrituras con cualidades de personas, cada una por separado, pero ninguna lo hace por su propia cuenta, ya que una es parte de la esencia de la otra. El Padre y el Hijo uno son, y el Espiritu Santo viene de los dos. Y esa esencia aparece expresada en los manuscritos antiguos judíos como ELOHIM (Dios) - ELOHA (ÉL) = YAHWEH (UNO), IM (ellos).
Negar la deidad de Dios, su unicidad y pluralidad a la vez, es llamar mentiroso a:  primero al Dios Padre, luego a Jesucristo, al Espiritu Santo y a los apóstoles y todos los demás escritores bíblicos que hacen referencias sobre sus tres personalidades definida en una sola.
Es como negar totalmente la Palabra de Dios, ya que su esencia es el Verbo, y el verbo es Cristo. Quien envió al Espiritu Santo para que viviera con el creyente para siempre; consolándolo, moldeando su carácter a la semejanza de Cristo, y guiándolo hacia el crecimiento en santidad y hacia el dia de la Redención, cuando Cristo regrese por segunda vez.
 El Espiritu Santo es quien personaliza en nuestras vidas el evangelio de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, diseñado por el Padre Dios. 

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