BREVE RESEÑA DE LA HISTORIA DEL ORIGEN DEL CRISTIANISMO

El punto de origen de la Iglesia de Cristo es el Monte del Olivar (o de los Olivos), situado cerca de los muros de Jerusalén, a un día de camino. Aquí, Jesucristo, después de resucitar de la tumba y de pasar cuarenta días con sus discipulos enseñándoles sobre el reino de los cielos, comiendo y bebiendo con ellos, dio sus últimos mandamientos y luego ascendió a su trono celestial en una nube a ojo de sus discipulos. Entre sus mandamientos estaba el que no salieran de Jerusalén hasta que fueran invertidos por el poder del Espiritu Santo.

  Pasado el evento, y en obediencia a los mandatos de Cristo, los discipulos y  otros creyentes que con ellos evidenciaron la ascensión, regresaron a Jerusalén, a la casa donde estaban viviendo recientemente con sus mujeres y sus hijos, junto a María la madre de Jesús y sus hermanos biológicos (Hechos1:14). Donde permanecían todo el tiempo orando. Un grupo de ciento veinte judíos creyentes en su Señor, sin pensar para nada que de ellos nacería una iglesia fuera de los límites del judaísmo, que trascendería el tiempo y todas las edades. 

Justo a los diez días de haber pasado el evento de la ascensión de Jesús, el dia de la celebración de la fiesta solemne del cierre de las siete semanas de la cosecha, dia de las primicias del grano, llamado Pentecostés, se escuchó un gran estruendo que venía del cielo, como un viento fuerte que llenó el lugar donde estaban reunidos, todos juntos sumergidos en la oracion.  Y sobre la cabeza de cada uno se posó una llama como lengua de fuego, al mismo tiempo que caía sobre ellos el poder del Espiritu Santo, sellando de esta manera, el nacimiento de la iglesia del Señor Jesucristo (Hechos 2:1-12, 41). La iglesia cristiana.

El gran estruendo fue escuchado por todas las personas de la ciudad y todos los visitantes extranjeros de diferentes lenguas (descendientes de los judíos que habían sido esparcidos por todas las naciones) unas diez en total, que habían llegado a Jerusalén para participar de la celebración, corrieron hacia el lugar de los hechos. Más de tres mil personas fueron a ver lo que allí estaba ocurriendo. Entonces, encontraron a ciento veinte personas hebreas hablando en diferentes lenguas sobre las maravillas de Dios, como si estuvieran borrachos. 

Pedro, al escuchar las burlas de algunos  porque creían que estaban ebrios y las interrogantes que se hacían otros, ya que estaban entendiendo en su propia lengua lo que decían todos los investidos por el Espíritu Santo, se puso de pie y dio su primer discurso evangelístico, donde le explicó a todos los presentes lo que estaba sucediendo: el por qué y el para qué de lo que estaban escuchando y viendo, y lo que decían los profetas en las Escrituras sobre este acontecimiento y sobre la muerte y la resurrección de Jesús de Nazaret; al tiempo que los hacia responsables de su muerte.

 Discurso que se enclaustró en el corazon de la mayoría presente, y después del llamado de Pedro al arrepentimiento, tres mil nuevos creyentes entregaron sus vidas a Jesucristo, siendo luego bautizados en agua, a fin de dar cumplimiento al mandato del Señor Jesús, cuando les dijo que fueran e hicieran discipulos y los bautizaran en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19).  Inaugurando de esta manera, el inicio de la Iglesia de Cristo.

Al principio, la iglesia, conocida como “El Camino”, no asimiló del todo el mandato de Jesucristo, de ir y predicar el evangelio desde Jerusalén hasta lo último de la tierra. Pues, se quedaron mucho tiempo en Jerusalén, viviendo todos juntos, compartiendo el pan por las casas y supliendo en común las necesidades de cada uno, pues vendían sus propiedades para repartirlas entre todos; hasta el dia en que fue iniciada una persecución contra todos los que creían y predicaban el nombre de Jesús de Nazaret, con Saulo (Pablo) a la cabeza. 

Y después de morir Esteban, el primer mártir (Hechos 8:1-7), todos salieron huyendo hacia otros pueblos de la región y ciudades de Asia Menor y Roma, ya que se desató una gran persecución contra todos ellos. Muchos hasta llegaron, por miedo, a no hablar de Jesús en los pueblos que llegaban; pero otros, como Felipe, quien se convirtió en el primer evangelista, no se mantuvieron cayados, predicaban por todo lugar el evangelio sin ningún temor y sin pensar en las consecuencias.

Y así, poco a poco, bajo toda clase de opresión y atrocidades, reuniéndose a escondidas y en diferentes lugares, fueron ensanchando sus conceptos y ministerio, hasta que la visión incluyó llevar al mundo conocido de entonces a los pies de Cristo. Y bajo la dirección de Pedro, Pablo y sus sucesores inmediatos, la iglesia se estableció en el marco de dos generaciones en casi todos los países, desde el Éufrates hasta el Tíber y desde el Mar Negro hasta el Nilo.

Bajo el ministerio de Bernabé y Pablo en Antioquia se comenzó a llamar por primera vez cristianos a todos los discipulos de “El Camino”.

El primer período de la iglesia terminó con la muerte de Juan, el último de los doce apóstoles sobre la tierra. Se cree que su fallecimiento ocurrió alrededor del año 100 d.C. A esta época se le llama "Período de la Edad Apostólica". Durante el tiempo que siguió a este período, que abarcó más de doscientos años, la iglesia estuvo bajo la espada de la persecución.

 Fue así como, durante los siglos II, III y IV, el Imperio Romano, el más poderoso de la tierra, ejerció todo su poder para destruir lo que ellos llamaban "la superstición cristiana". Y durante siete generaciones, centenares de millares de mártires cristianos fueron sacrificados con hachas, fieras en la arena y ardientes hogueras. Tuvieron que vivir en cuevas y catacumbas, donde enterraban sus muertos y hacían sus cultos. Y por encima de todo esto, siguieron ensanchando el reino de los cielos en todos los pueblos, hasta llegar hoy a nosotros. 

Y en medio de la más implacable persecución, se añadían miles de nuevos creyentes, llegando a completar casi la mitad de la población del Imperio Romano. Hasta que un emperador, supuestamente “cristiano”, llamado Constantino ascendió al trono, en el año 306 d. C. y mediante un edicto, le puso fin a la oleada de matanzas.

En el año 325 d.C., éste convocó el primer concilio de Nicea, donde declaró el cristianismo como la religión oficial del imperio. No porque estuviera convencido de que la nación debía adorar y seguir las enseñanzas de Jesucristo, sino que lo vio como la única manera de tener la población a su favor, ya que más de la mitad eran cristianos. Entonces, la iglesia tuvo un poco de respiro. Y en la Edad Media pasó de la esclavitud al poder, corrompiéndose en gran manera con los falsos maestros que se levantaron en medio de ella.  

El sincretismo introducido por el emperador Constantino, el cual metió con sutileza  en la iglesia la adoración a la Cruz y a la deidad femenina, la madre de Jesús, alegando que todas las demás religiones tenían, además de los dioses masculinos, dioses femeninos, haciendo que las iglesias cristianas se alejaran  mucho más de los principios apostólicos y de la adoración y la comunicación directa con el Señor Jesucristo,  violando la Palabra de Dios, llegando sus máximos líderes  hasta prohibir su lectura; hasta que apareció a mediado del siglo XVI Martin Lutero, un fraile que se dedicó a leer la Biblia e inició una series de protestas contra la iglesia por sus falsas enseñanzas.

Y de esta manera surge el movimiento llamado “Protestantismo”, el cual dividió la iglesia en dos grandes grupos: Católicos Apostólicos Romanos y Protestantes. De estos últimos han surgido muchos otros grupos religiosos más, en su mayoría cristianos, y otros son sectas que niegan la deidad de Cristo. 

    

Bibliografía 

Biblia Reina-Valera 1960

La Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy

Diccionario Ilustrado de la Biblia,1974,  Edit. Caribe

Gray, Bryan. "Diccionario de la Iglesia Primitiva"

Lyman, Jessen. "Historia de la Iglesia Cristiana". Editorial Vida